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Octubre marca un momento especial para la Iglesia en Roma con la celebración de la Asamblea Sinodal. El Papa Francisco nos recuerda que cuando una Iglesia se involucra en un Sínodo, la vocación misionera se vuelve central.
En su mensaje, el Papa destaca que la misión es el latido del corazón de la Iglesia. El Sínodo es un camino en el cual, como discípulos de Emaús, escuchamos al Señor que nos sorprende. A través de la oración y la discernimiento, el Espíritu Santo nos capacita para escuchar con los oídos de Dios y comunicar la palabra de Dios.
La misión impulsa a la Iglesia a llegar a todos, buscar a todos, acoger a todos e involucrar a todos, sin excluir a nadie. El Papa nos invita a orar para que la Iglesia abrace la escucha y el diálogo como un estilo de vida en todos los niveles, guiados por la fuerza del Espíritu Santo hacia las periferias del mundo.